La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde
guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor. Un
amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre
llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de
cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso
en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes. Eso que más allá
del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes
más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no
se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu
lado, tú nunca lo ves como la materia física que es.
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